Abstracto
La investigación sobre la intensidad en el fútbol femenino es limitada. Este estudio tuvo como objetivo investigar si las futbolistas profesionales femeninas entrenan con intensidades externas e internas similares a las registradas en una competencia real. Se analizó la posición específica de las jugadoras, la situación de juego y el tipo de tarea de entrenamiento en un total de 18 jugadoras (26,25 ± 3,89 años). El estudio empírico, descriptivo y asociativo se estructuró en dos partes. Parte 1: caracterización de las sesiones de entrenamiento (norte = 13) y partidos oficiales (norte = 3) utilizando el Sistema de Análisis Integral de Tareas de Entrenamiento. La asociación entre variables de planificación deportiva se evaluó mediante residuos estandarizados ajustados de tablas de contingencia, pruebas de Chi-Cuadrado y Fisher, así como los coeficientes Phi y V de Cramer. Los principales hallazgos muestran que el entrenador y/o preparador físico planifica predominantemente sesiones de entrenamiento con juegos reducidos, que integran la aptitud física y los comportamientos táctico-técnicos del juego e implican una intensidad externa subjetiva media-alta (20,63 ± 5,79 puntos). La intensidad externa subjetiva de los partidos fue muy alta (30,00 ± 0,00 puntos). Parte 2: cuantificación de la intensidad externa e interna a través de los dispositivos de movimiento inercial y pulsómetros. Las diferencias en las intensidades según el tipo de sesión (sesión de entrenamiento y partido), posición específica de los jugadores, situación de juego y tipo de tarea de entrenamiento se evaluaron a través de diferentes pruebas estadísticas. Por posición específica (pruebas Kruskal-Wallis H y ANOVA de un factor), los defensas realizaron menos aceleraciones/min y desaceleraciones/min, mientras que registraron frecuencias cardíacas más altas en los entrenamientos y partidos oficiales. Por el contrario, los laterales realizaron mayores aceleraciones/min y desaceleraciones/min en los entrenamientos y partidos oficiales. Los extremos tuvieron la frecuencia cardíaca más baja en los partidos oficiales. En cuanto a la situación de juego (test H de Kruskal-Wallis) medida durante los entrenamientos, las tareas sin oposición registraron mayores aceleraciones/min y desaceleraciones/min, mientras que los juegos reducidos y los juegos completos registraron valores más altos en el resto de las intensidades (ambas subjetivas). y objetivo). En cuanto al tipo de tarea de entrenamiento (prueba H de Kruskal-Wallis), los ejercicios de aplicación simple registraron mayores aceleraciones/min y desaceleraciones/min. La distancia en metros/min fue mayor en los ejercicios de aplicación compleja. La actividad/min de alta intensidad y la carga/min del jugador fueron mayores en el juego específico simple. Además, el deporte modificado y el juego real registraron una mayor intensidad externa subjetiva*min, sprints/min y frecuencia cardíaca. Además, los entrenamientos diferían estadísticamente (test U de Mann-Whitney) de los partidos oficiales en cuanto a la intensidad subjetiva y las variables objetivas de intensidad externa e interna ponderadas por minutos. Por todas estas razones, las jugadoras no entrenan (sesiones de entrenamiento) mientras compiten (partidos oficiales). El uso de dispositivos de movimiento inercial ha permitido cuantificar intensidades durante sesiones de entrenamiento y competición real en fútbol.
Palabras clave:
intensidad externa; jugadora; intensidad interna; partido oficial; sesión de entrenamiento.
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