ABSTRACTO
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Objetivos
El propósito de este estudio de cohorte prospectivo fue evaluar las asociaciones entre las lesiones de las extremidades inferiores en las atletas de deportes de equipo y una serie de factores. Los posibles factores de riesgo explorados incluyeron (1) fuerza de las extremidades inferiores, (2) antecedentes de estrés por eventos vitales, (3) antecedentes familiares de lesiones del LCA, (4) antecedentes menstruales y (5) antecedentes de uso de anticonceptivos orales.
Métodos
Ciento treinta y cinco atletas femeninas de entre 14 y 31 años (media: 18,8 ± 3,6 años) de rugby union (norte= 47), fútbol (norte= 72) y baloncesto (norte= 16) se ofreció como voluntario para participar en este estudio. Los datos demográficos, el historial de estrés por eventos de la vida, el historial de lesiones y los datos de referencia se obtuvieron antes de la temporada competitiva. Se recogieron las siguientes medidas de fuerza: fuerza isométrica del aductor y abductor de la cadera, fuerza del flexor excéntrico de la rodilla y cinética de salto con una sola pierna. Luego se siguió a los atletas durante 12 meses y se registraron todas las lesiones sufridas en las extremidades inferiores.
Resultados
Ciento nueve atletas proporcionaron datos de lesiones de seguimiento de un año, de los cuales, 44 sufrieron al menos una lesión en las extremidades inferiores. Todos los atletas que informaron puntajes altos para el estrés negativo de los eventos de la vida sufrieron lesiones en las extremidades inferiores. La lesión de miembros inferiores sin contacto se asoció positivamente con una fuerza débil en los aductores de la cadera (OR: 0,88; IC del 95 %: 0,78–0,98; pag= 0,017) y aductor intermiembro (OR: 5,65; IC95%: 1,61–19,7.; pag= 0,007) y abductora (OR: 1,95; IC95%: 1,03-3,71; pag= 0.039) asimetrías de fuerza.
Conclusión
La historia del estrés de los eventos de la vida, la fuerza del aductor de la cadera y las asimetrías de la fuerza del aductor y del abductor entre las extremidades ofrecen posibles vías novedosas para investigar los factores de riesgo de lesiones en las atletas.
Introducción
Los estudios epidemiológicos han destacado las diferencias en lesiones y patologías entre los deportes de equipo masculinos y femeninos (Iwamoto et al. Citación2008; Ristolainen et al. Citación2009; Larruskain et al. Citación2018; Ruddick et al. Citación2019). Específicamente, las mujeres tienen más lesiones agudas de ligamentos (44 % frente a 33 %), mientras que los hombres tienen más lesiones musculares (44 % frente a 31 %) (Ristolainen et al. Citación2009). Los estudios han reportado mayores lesiones de LCA (20,1% vs 9,4%) (Iwamoto et al. Citación2008) y lesiones óseas por estrés (64 % frente a 36 %) en deportistas femeninos y masculinos, respectivamente (Ruddick et al. Citación2019). Un estudio reciente de Chan et al. (Citación2020) informaron la epidemiología de las lesiones del tendón de Aquiles a nivel universitario en 16 deportes y encontraron que las atletas tenían una mayor cantidad de tiempo perdido por lesiones, tasas más altas de lesiones al final de la temporada, tasas quirúrgicas más altas, rendimiento postoperatorio más bajo y una tasa de recurrencia casi dos veces más alto en comparación con los atletas masculinos (Chan et al. Citación2020). Las diferencias de sexo en las tasas de lesiones no diferencian entre los niveles competitivos (Hosea et al. Citación2000).
A pesar de la conciencia del riesgo elevado para las atletas femeninas, las características asociadas con las lesiones no se comprenden completamente y se ha sugerido una variedad de factores de riesgo potenciales sin confirmar la causalidad (Möller-Nielsen y Hammar Citación1989; Irlanda et al. Citación2003; Dedrick et al. Citación2008; Balachandar et al. Citación2017). Un factor potencial propuesto es el nivel de hormonas sexuales femeninas durante la fase preovulatoria que se ha relacionado con una mayor laxitud del LCA, valgo de la rodilla y rotación externa de la tibia, lo que influye en el rendimiento deportivo y la aparición de lesiones (Balachandar et al. Citación2017). Además, a lo largo de las fases del ciclo menstrual, se ha informado que las atletas femeninas utilizan diferentes comportamientos de contracción conjunta entre los músculos (glúteo mayor y semitendinoso), lo que significa un cambio en los patrones de control neuromuscular (Dedrick et al. Citación2008). A lo largo de los años ha surgido un mayor interés en los efectos de las hormonas femeninas sobre la fuerza muscular y cómo combatir estos efectos debido a estos hallazgos.
La fuerza muscular también se ha investigado como un factor potencial, ya que se requiere para estabilizar de manera efectiva las articulaciones y protegerlas de los patrones de movimiento asociados con las lesiones y patologías de las extremidades inferiores (Baumhauer et al. Citación1995; Augustson y Ageberg Citación2017). En los atletas masculinos, la relación entre la producción de fuerza de las extremidades inferiores y las lesiones ha recibido mucha atención. Por ejemplo, estudios previos han identificado una fuerza débil en los aductores de la cadera y la fuerza de los isquiotibiales como factores de riesgo de lesiones por distensión muscular en los aductores de la cadera y los isquiotibiales en atletas masculinos profesionales y aficionados (Tyler et al. Citación2001; Engebretsen et al. Citación2010; Bourne et al. Citación2015). Sin embargo, en comparación con sus homólogos masculinos, la influencia de la fuerza en las lesiones de las extremidades inferiores en las atletas sigue siendo relativamente inexplorada. Dado que los aductores de la cadera, los abductores de la cadera y los flexores de la rodilla juegan un papel importante en la ejecución de patrones de movimiento de alta velocidad durante la actividad deportiva cuando ocurren lesiones, es factible que la fuerza unilateral reducida impulse una mayor asimetría de la fuerza. Las asimetrías de fuerza pueden dar lugar a patrones de movimiento alterados, lo que conduce a una predisposición a lesiones en las extremidades inferiores, como lesiones del LCA, isquiotibiales, patelofemorales y en la ingle (Tyler et al. Citación2001; Irlanda et al. Citación2003; Bourne et al. Citación2015; Khayambashi et al. Citación2016).
El enfoque principal para las atletas femeninas ha estado en los parámetros fisiológicos y biomecánicos, sin embargo, otras vías, como las características psicológicas, no se han explorado lo suficiente. Los factores psicológicos pueden afectar el rendimiento de los atletas y el riesgo de lesiones (Slimani et al. Citación2018) y se ha establecido que los estresores están relacionados con el rendimiento de los atletas. Sin embargo, el papel de la historia de factores estresantes de un individuo (es decir, eventos importantes de la vida, problemas diarios crónicos y lesiones previas) en la respuesta al estrés y el riesgo de lesiones se ha explorado menos. En los modelos que examinan la relación entre el estrés y las lesiones, el marco propuesto por Williams y Andersen (Citación1988, 1998) ha atraído la mayor atención. Dentro de este marco, los principales eventos de la vida, un componente de la historia más amplia de factores estresantes de un atleta, se han asociado de manera más consistente con la ocurrencia de lesiones (Williams y Andersen Citación2007). Las primeras investigaciones en esta área no diferenciaban entre el tipo de estrés experimentado por los participantes, es decir, si la fuente del estrés se percibía como positiva o negativa. Sin embargo, Sarason et al. (Citación1978) sugirieron que los efectos de los eventos de la vida podrían percibirse de manera diferente, dependiendo de si el evento se percibió como positivo o negativo. Investigaciones posteriores que han diferenciado entre fuentes positivas y negativas de estrés vital han identificado que los eventos vitales con una valencia negativa se asociaron con mayor frecuencia con la aparición de lesiones (Williams y Andersen Citación2007; Ivarsson y Johnson Citación2010; Ivarson et al. Citación2017). Además, también se ha demostrado que el estrés por eventos vitales positivos está asociado con la aparición de lesiones (Petrie Citación1993).
Explorar nuevas vías de investigación para identificar los factores de riesgo potenciales para las atletas femeninas es un paso importante en el proceso que conduce al trabajo futuro que informa la práctica. El propósito de este estudio de cohorte prospectivo fue explorar las asociaciones entre las lesiones de las extremidades inferiores en atletas femeninas y varios factores. Estos incluyeron (1) fuerza de las extremidades inferiores, (2) antecedentes de estrés por eventos de la vida, (3) antecedentes familiares de lesiones del LCA, (4) antecedentes menstruales y (5) antecedentes de uso de anticonceptivos orales.
Métodos
Participantes
Ciento treinta y cinco atletas femeninas con edades entre 14 y 31 años (media: 18,8 ± 3,6 años) sin lesiones significativas en las extremidades inferiores 6 meses antes de la recopilación de datos, se ofrecieron como voluntarias para participar en este estudio. Todos los participantes participaban en deportes de equipo, incluido el rugby (norte= 47), fútbol (norte= 72) y baloncesto (norte= 16) a nivel de Academia, Universidad o Nacional. El nivel de academia se refiere a aquellos atletas que asisten a la escuela y entrenan y compiten en sus deportes mientras completan sus estudios.
Procedimiento
El estudio fue aprobado por el comité de ética de investigación de la Universidad de Gales del Sur. La recolección de datos se realizó en el lugar de entrenamiento de los equipos/plantillas al inicio de la pretemporada. Antes de la prueba, se obtuvo el consentimiento pertinente para participar y se administraron dos cuestionarios personalizados: (1) el cuestionario sobre lesiones y antecedentes menstruales y (2) un cuestionario modificado de Life Events Survey for Collegiate Athletes (LESCA) (Petrie Citación1992). Para los jugadores menores de 18 años se obtuvo el consentimiento informado por escrito de los padres y el asentimiento del niño. Se obtuvieron las características antropométricas (estatura y masa corporal) y se realizó una batería de pruebas de detección de riesgo de lesión (que incluye aducción y abducción isométrica de cadera, ejercicio nórdico de isquiotibiales (NHE) y cinética de salto con una sola pierna).
Los participantes fueron seguidos prospectivamente durante 12 meses (Figura 1). Los fisioterapeutas de los equipos fueron los responsables de la recogida y registro de los datos de las lesiones. Las definiciones de lesión se basaron en las recomendaciones de la declaración de consenso (Fuller et al. Citación2006, Citación2007). El fisioterapeuta del equipo ingresó todos los datos de las lesiones en la base de datos de manejo de lesiones de los atletas de la institución en el momento de la lesión (mecanismo de la lesión, ubicación, diagnóstico). Las notas clínicas realizadas por los fisioterapeutas en el momento de la lesión también estaban disponibles en dos instituciones para confirmar mejor los detalles de la lesión.
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