Abstracto
Se ha demostrado que el entrenamiento propioceptivo reduce la incidencia de esguinces de tobillo en diferentes deportes. También puede mejorar la rehabilitación después de lesiones del ligamento cruzado anterior (LCA), ya sea que se traten quirúrgicamente o no. Dado que las lesiones del LCA conllevan largas ausencias deportivas y son una de las principales causas de incapacidad deportiva permanente, es fundamental intentar prevenirlas. En un estudio prospectivo controlado de 600 jugadores de fútbol en 40 equipos semiprofesionales o amateurs, estudiamos el posible efecto preventivo de un entrenamiento propioceptivo gradualmente creciente en cuatro tipos diferentes de tableros oscilantes durante tres temporadas de fútbol. Trescientos jugadores fueron instruidos para entrenar 20 min por día con 5 fases diferentes de dificultad creciente. La primera fase consistió en el entrenamiento del equilibrio sin ninguna tabla de equilibrio; fase 2 de entrenamiento en una tabla de equilibrio rectangular; fase 3 de entrenamiento en tablero redondo; fase 4 de entrenamiento en tablero combinado redondo y rectangular; fase 5 de entrenamiento en un llamado tablero BABS. Un grupo de control de 300 jugadores de otros equipos comparables entrenó «normalmente» y no recibió entrenamiento especial de equilibrio. Se observó a ambos grupos durante tres temporadas completas de fútbol y se diagnosticaron posibles lesiones del LCA mediante examen clínico, mediciones de KT-1000, resonancia magnética o tomografía computarizada y artroscopia. Encontramos una incidencia de 1,15 lesiones de LCA por equipo por año en el grupo entrenado propioceptivamente (P < 0,001). Por lo tanto, el entrenamiento propioceptivo puede reducir significativamente la incidencia de lesiones del LCA en los jugadores de fútbol.
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